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Cáncer de ovario

patología ovarios

El cáncer de ovario se ha considerado históricamente una enfermedad de diagnóstico tardío y abordaje terapéutico complejo. Los ovarios son parte del aparato reproductor femenino localizado en la pelvis y, en la actualidad, la causa última de su eventual transformación tumoral se desconoce.

El hecho de que históricamente se haya asumido el cáncer de ovario como un tumor con poca expresión clínica y de diagnóstico habitualmente tardío, lo que limitaba notablemente las posibilidades terapéuticas y ensombrecía el pronóstico, ha generado un marcado interés en intentar delimitar los posibles grupos de riesgo, definir mecanismos de prevención y protocolizar métodos diagnósticos para conseguir su detección en estadios precoces. Pero no es tarea nada fácil.

Al margen de terminados grupos con marcada agregación familiar alrededor de los tumores del ovario, colón y mama que podrían permitir el diagnóstico de mutaciones genéticas de riesgo; no existen factores de riesgo que  podamos definir como incontestables.

Síntomas del cáncer de ovario

La sintomatología es pobre de inicio, fácilmente incluible en procesos dispépticos o de dolores abdominales menores o trastornos del hábito intestinal; y sólo llamativa en estadios avanzados.

¿Qué podemos hacer para detectar el cáncer de ovario?

Quizás, y no es poco, seguir incidiendo en la conveniencia de realizar revisiones ginecológicas anuales de rutina. No podremos decir que con ellas garantizaremos un diagnóstico precoz, pero no es menos cierto que existen ciertas pautas de uso habitual en la práctica clínica diaria que nos han de ser muy útiles.

Al margen de la exploración clínica, que podría permitir una aproximación a un estadio inicial en manos experimentadas, las expectativas de diagnóstico precoz han girado clásicamente alrededor de la ultrasonografía transvaginal y las determinaciones analíticas de Ca 125.

La ecografía transvaginal, de obligado empleo en cualquier revisión ginecológica habitual permite identificar masas ováricas aunque sean pequeñas. No permite diagnóstico definitivo aunque puede establecer sospechas que pongan en marcha estudios más precisos.

Las determinaciones de ca 125 han sido y son objeto de permanente controversia. los niveles pueden estar aumentados en pacientes sin patología maligna y no es infrecuente que algunos cánceres ováricos cursen con niveles normales de dicho marcador. Quizás no recomendaríamos su uso indiscriminado pero si a partir del diagnóstico de una masa ovárica.

Sería irreal hablar de expectativas de éxito garantizado en la detección precoz pero no es menos cierto que hablamos de prácticas asequibles a cualquier ginecólogo.

Cualquier esfuerzo es válido en la búsqueda del diagnóstico, más aún con la indiscutible influencia en el pronóstico final de la paciente de un diagnóstico inicial que permita un esfuerzo quirúrgico completo y de garantías.

Para más información solicite cita con el servicio de ginecología

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