Paciente infantil
Así, el servicio de logofoniatría atiende a pacientes infantiles con:
- Retraso en la adquisición del lenguaje y Trastorno Específico del Lenguaje (TEL).
- En la expresión verbal, la pronunciación: disartria, dislalia y disglosia.
- De la lectura y/o escritura: dislexia y disgrafía.
- En el lenguaje expresivo y/o comprensivo: afasias.
- Problemas de respiración, succión, masticación y deglución.
- Deficiencias auditivas.
- Retraso madurativo.
- Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Paciente adulto
También diagnostica y trata a pacientes adultos con problemas de comunicación por síndromes y enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, deficiencia auditiva y afasias. Asimismo, se realiza estimulación para el deterioro cognitivo.
Cabe resaltar que en los casos en los que el paciente sospeche que no está oyendo correctamente o que haya sido derivado del otorrinolaringólogo, el servicio de logofoniatría de Hospital Ochoa cuenta con los medios técnicos y profesionales para realizar una evaluación de la audición y proporcionarle un diagnóstico audiológico.
Sintomas
Uno de los signos de alerta que es más habitual en los niños es el retraso en el lenguaje, pero aparecen otros como la falta de habilidades para relacionarse con sus compañeros, dificultad en la asimilación del aprendizaje que esté recibiendo en clase y también el no seguimiento de las pautas marcadas en su entorno escolar e ir por libre.
En los adultos los problemas suelen derivar de una patología orgánica como un ictus, cuyos efectos pueden provocar una afasia. En el caso de la demencia senil, el paciente puede presentar un deterioro cognitivo inicial que incluya pérdida de memoria o desorientación que nos pueden hacer sospechar que en el futuro puede aparecer un deterioro cognitivo más severo.
Pruebas diagnósticas
Hospital Ochoa cuenta con el equipamiento y los profesionales adecuados para realizar diferentes pruebas auditivas. Entre ellas destacan:
- Audiometría tonal liminar, que se usa para determinar la sensibilidad auditiva para tonos puros, tanto por vía aérea como por la ósea, para cada oído.
- Audiometría verbal, se realiza en una cabina con amortiguación sonora y la colocación de auriculares por vía aérea para valorar cada oído de manera independiente. En algunas ocasiones es necesario medir la discriminación por vía ósea y para ello se usará el transductor.
- Audiometría lúdica. Está indicada para niños y, como su nombre indica, se realiza a través del juego usando el premio como principio. Su acondicionamiento es instrumental.
- Timpanometría. Esta prueba se utiliza para estudiar el oído medio, la movilidad del tímpano y los huesecillos conductores. Se lleva a cabo con la ayuda de un timpanómetro que cambia la presión del oído para medir las respuestas del tímpano al cambiar el sonido con distintas presiones.
Al margen de las pruebas diagnósticas de oído, existen diversos tests específicos para valorar cómo ha desarrollado determinada persona el lenguaje, qué nivel de problema existe en su comunicación y cómo puntúa respecto a la normativa.
Algunos ejemplos son: el Test Illinois de Aptitudes Psicolingüísticas (ITPA). Test de neurodesarrollo como el Cuestionario de Madurez Neuropsicológica Infantil (CUMANIN) o el inventario de desarrollo para edades tempranas (Battelle).