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Entrevista a la doctora Myriam Barroso, del servicio de podología de Hospital Ochoa

pies sanos

Los pies conforman una de las partes más importantes de nuestro cuerpo. Nos proporcionan el equilibrio que necesitamos para no caernos, nos mantienen erguidos y también son los encargados de hacernos avanzar cuando caminamos.

Son nuestros amortiguadores y absorben todos los impactos que provengan del suelo y, sin embargo, ¿les prestamos la atención que se merecen?, ¿sabemos las pautas básicas para mantener sana esta parte del aparato locomotor? Sobre estas y otras muchas cuestiones hablamos con Myriam Barroso, podóloga de Hospital Ochoa.

Supongo que no es lo mismo acudir al podólogo hoy día que hace dos décadas. ¿Ha cambiado mucho esta disciplina en los últimos años?

Realmente ha cambiado bastante. Antiguamente asemejábamos el acudir al podólogo con visitar a un callista, que era la persona que se dedicaba exclusivamente a cortar las uñas y quitar los callos. La figura del podólogo es mucho más amplia porque, además de eso, realiza estudios de pisada, hace infiltraciones, ecografías del pie, efectúa cirugías para mejorar la calidad de vida de los pacientes y prescribe medicamentos.

¿Todo el mundo debería pasar por el podólogo para conocer la mecánica de su pisada?

Sería conveniente. Algunas veces sufrimos dolores en otras partes del cuerpo como la rodilla, la cadera o la espalda y esto puede ser debido a una mala pisada y se puede corregir con una simple plantilla. Así evitaríamos ciertas dolencias. Si lo que queremos es conseguir correcciones sería recomendable acudir a revisión desde los tres a los ocho años de edad. Posteriormente es más difícil y, más que corregir, lo que conseguiríamos es compensar el defecto.

¿Cuál es el error más extendido con respecto a nuestros pies?

Quizá sea el autotratamiento. Con frecuencia pedimos en la farmacia un medicamento para algo que creemos que tenemos y, en realidad, estamos adquiriendo una medicina que no sabemos si es lo que necesitamos o si va a curar la dolencia.

¿Da la gente la importancia que se merece a sus pies? ¿Es la parte más castigada del cuerpo?

Es una de las partes más castigadas y es cierto que la gente no le da la importancia que se merece. Pienso que la razón es que al ser una zona cubierta por el calzado no está tan visible como una sonrisa que destaca mucho más a simple vista. Usamos los pies a todas horas y dependiendo de la actividad física, el trabajo o el deporte que realicemos, vamos a castigarlos mucho más.

¿Cuántas dolencias se pueden prevenir si conservamos unos pies sanos?

Muchas. Las infecciones provocadas por hongos, como por ejemplo la infección por papilomas, que se suelen contraer al andar descalzos por zonas húmedas como las duchas y piscinas públicas. Uñas que se clavan en la carne y se acaban infectando si no la cortamos de una manera correcta. La formación de callos que se solucionaría con el uso de una plantilla. Hay muchas patologías que podríamos prevenir acudiendo a un especialista, incluyendo algunas dolencias de caderas, rodillas y espalda.

¿Cuáles son las dolencias más comunes: las traumatológicas o las que tienen que ver con infecciones derivadas, por ejemplo, de los hongos? ¿Y cuáles son las que provocan una peor calidad de vida?

Depende mucho de la época. En verano llegan muchos pacientes con infección de pie de atleta producida por un hongo en la planta del pie, y multitud de casos por papilomas y otras infecciones. El resto del año predominan las de tipo traumatológico que son las más complejas porque, en muchos casos, requieren de tratamiento quirúrgico. Las que peor calidad de vida provocan están relacionadas con deformaciones que pueden durar años y, en ocasiones, el desconocimiento propicia que el paciente no baraje la posibilidad de una intervención que le alivie.

¿Es esta una rama de la medicina en la que es importante la prevención?

Sí, y también la educación. Es importante que a los niños se les eduque desde pequeños para que se cuiden los pies y acudan al podólogo, de la misma forma que tratamos de guiarlos, por ejemplo, en la salud dental.

En la actualidad la gente usa a diario calzado deportivo y los zapatos de materiales más duros están en desuso. ¿Es eso bueno a nivel ortopédico?

Debemos buscar siempre la comodidad. Es cierto que los zapatos de materiales duros como el plástico se usan cada vez menos porque llegan a dolernos; cabe matizar que aunque el calzado deportivo es mejor no es recomendable abusar de él ya que el exceso de amortiguación también conlleva un mayor gasto energético. Al pisar, el suelo nos devuelve la fuerza del impacto y siempre será menor si el material de la suela es blando. Por poner un ejemplo: si caminamos por la arena mojada siempre nos costará menos que si lo hacemos por la arena seca.

¿Son las sandalias de verano el peor calzado?

Las sandalias y los tacones muy altos no son un buen calzado en general. Las chanclas no sostienen el tobillo y eso provoca que formemos una garra en el aire con los dedos y puede desembocar en una deformidad de dedos en garra. El hecho de ser tan planas también puede provocar fascitis plantar. Los zapatos con tacón nos pueden producir problemas a nivel de cadera, de rodillas y hasta un acortamiento de los gemelos.

He leído que la salud de los pies puede llegar a influir incluso a nivel mental, ¿es cierto?

Es cierto, puede afectar igual que cualquier otra patología. Un dolor o molestia acabará influyendo en el estado emocional del paciente porque vamos a estar a disgusto con una molestia que no es solo física, también interna.

Muchos deportistas aprenden la mecánica correcta para la carrera pero, ¿existe una manera adecuada de caminar?

Existe la manera correcta de caminar. Los podólogos estudiamos la biomecánica y la mecánica patológica del paciente que a veces es complicada de corregir debido a anteversiones femorales o rotaciones internas de las tibias. En esos casos compensamos la pisada con la ayuda de unas plantillas.

¿Cuáles son los principales consejos para mantener unos pies y unas piernas sanas?

Principalmente hay que prestar atención a la higiene diaria: lavarnos los pies y mudarnos de calcetines, preferiblemente de algodón, para que así transpiren. Debemos llevar un calzado adecuado, eso significa que nos sostenga el pie, que nos permita caminar de forma cómoda sin que nos apriete y que sea ligero. Si usáramos un calzado pesado nos provocaría cansancio en las piernas. Es importante un corte adecuado de las uñas y usar siempre chanclas en las duchas públicas para prevenir infecciones.

¿Deben las personas diabéticas tener un cuidado especial de sus pies?

En efecto. Son personas con neuropatías (pérdida de sensibilidad) y vasculopatías (su sangre no circula del mismo modo que en las personas sanas). Ocurre que cuando se hacen una herida muchas veces no la detectan y al tener una circulación insuficiente la lesión no cicatriza como debería y llega a desembocar en úlceras y, en casos más graves, amputaciones.

¿Hacia dónde se dirige el futuro de la podología?

En el futuro debería haber mucha más educación podológica desde edades muy tempranas para que haya adultos mucho más concienciados. Creo que la podología debería estar incluida en el Sistema Sanitario Público, así se evitarían muchas amputaciones de pacientes diabéticos que, a día de hoy, no se están controlando al no contar con especialistas que se dediquen a ese campo.

En lo tecnológico, se está avanzando mucho en la confección de las plantillas ortopédicas. Aunque hoy se sigan usando materiales como la espuma de fenol, ha surgido el sistema CAD-CAM. Este escáner 3D escanea la pisada e imprime mediante una troqueladora la plantilla personalizada en tres dimensiones. El plasma rico en plaquetas es otra parte fundamental del futuro y del presente. Se infiltra, por ejemplo, en casos de fascitis plantar, o al realizar una cirugía de juanetes ya que con estas células madre podemos acelerar el proceso de cicatrización óseo.

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